Historia 

El Encuentro nació en 2001, de aquellos para los que en los años ´80 bailar "árabe" era una "actitud política".

Eran por entonces Nora Aracil y Danor Llano quienes seguían manteniendo esta actitud, comenzaron a organizar el Encuentro para recordar estas raíces y además como homenaje a su maestra de danza Zaida Jaime; fue en este momento que Andrea Bravo, alumna de Nuralain, propuso que como parte del homenaje se convoque a otras escuelas de danza a participar, para “reunir a todos en un mismo escenario”. Ese año, el evento se realizó en el Teatro Municipal “3 de Febrero” de la ciudad de Paraná, vinieron maestros de otros lugares, con sus grupos.

Participaron el ballet folclórico del Club Sirio Libanes de Gualeguaychú, el ballet Folclórico de la casa Árabe de Santa Fe, el Ballet Tuhama el Barje de La Paz y Nuralain (de Nora Aracil), que tuvo la idea.

Debido al éxito del primer año, Nuralain decidió que debían continuar haciéndolo.

El cónsul honorario de Siria en Entre Ríos, el Dr. Mario Ale Siede (hoy ya fallecido) brindó gran ayuda, llamó amigos a quienes les contó la idea, también habló con la Embajada, y para el 3er Encuentro, gracias a sus gestiones, llegó el Encargado de Negocios de la Embajada de Siria. Este último sugirió capacitaciones gratuitas, para multiplicar el conocimiento de los pueblos, las expresiones culturales que le dan identidad a una comunidad.

 Y así el encuentro fue creciendo, sumando investigadores de lenguajes artísticos, antropólogos, sociólogos, bailarines....lo importante era que tuvieran un conocimiento de alguna manera vinculado a la danza, que otros podían no poseer y que estuvieran dispuestos a compartirlo sin intereses lucrativos.

En 2008 el Anfiteatro se derrumbo después de una temporada de lluvia, por este motivo no fue posible el uso de ese lugar mágico donde los artistas querían venir a bailar, a homenajear, a rezar en una misa pagana..donde el cielo es el techo. Se vino abajo y anduvimos dando vueltas, buscando un espacio que nos permitiera "cuidar el Fuego"... A finales del 2011 se reinicio la reconstrucción y en 2012 VOLVIMOS!... como cuando uno llega al oasis, a destino,renovados, con más gente queriendo ser parte, contando su historia con el cuerpo, con ese idioma que no tiene palabras y que se renueva y repite en los gestos, en las miradas, en la tensión de los músculos...Ese idioma que nos permite decir lo que no podemos decir con las palabras.

En 2012, el Anfiteatro volvió a estar en funcionamiento, y así fue como ese año el evento volvió a realizarse; renovado, con más gente queriendo ser parte.

En la edición 2013, vino desde Francia la bailarina Valerie Romanin, creadora del Flamenco Descalzo para compartir sus conocimientos y su arte en el Encuentro.

En la edición 2014, se contó con la presencia del Agregado Cultural de Corea, D. Yi Chongyul, quien vino acompañando a los artistas coreanos enviados por la Embajada.

En la edición 2015, se decidió volver a los inicios, como forma de mantener viva una de las ideas motivadoras (“reunir a todos en un mismo escenario”), por eso solo hubo escuelas de danza locales, maestros nacionales y bailarines independientes de la región. Muchos maestros que desde hacía años no podían participar por diferentes circunstancias ajenas a la organización, en el 2015 pudieron volver.

Otra particularidad del 10° Encuentro, fue que los talleres gratuitos de danza no se realizaron en el Teatro “3 de Febrero”, sino que se hicieron en la Biblioteca Pedro Lemebel, una biblioteca popular ubicada en el Barrio El Sol de la Ciudad de Paraná; esto permitió que, junto a quienes participan todos los años, se sumen los vecinos del barrio y de zonas aledañas.

A partir de 2016, el Anfiteatro vuelve a la imposibilidad de uso por problemas de infraestructura, por eso a partir de ese Encuentro y en adelante, nos vemos en la misión de encontrar nuevos lugares para el espectáculo y los talleres; pero ya con la firme convicción de nunca dejar de realizarlo pase lo que pase. 

Por supuesto, que en cada edición habrá cambios, de lugares principalmente, pero lo que nunca cambiará es la esencia del evento, el objetivo de mantener vivas las danzas ancestrales y folklóricas de los pueblos del mundo y a la vez mostrar las danzas más modernas que van surgiendo; tampoco se cambiará la esencia de brindar la posibilidad de aprender y enseñar estas danzas, intercambiando conocimientos solo con el fin de compartir la información, para que no se pierda ni se muera, sin fines de lucro.